Sony explica el largo camino desde que hay una actualización de Android hasta que llega a tu móvil

A estas alturas no sorprende a nadie el hecho de que las actualizaciones de Android tarden tantísimo en llegar al grueso de los usuarios. A no ser que tengas suerte, puede pasar un año hasta que recibas la nueva versión. Desde hace años Google, fabricantes y operadoras se pasan la pelota los unos a otros en cuanto a quién es el que causa estas demoras.

Sony, aprovechando que anunciaba los planes de actualización a Android Pie de sus terminales, ha rescatado una infografía sobre el proceso de una actualización de Android, quizá como atenuante de que algunos de los modelos no lo reciban hasta principios de 2019 o quizá simplemente como recurso educativo. La verdad es que es una infografía que resume muy bien este complicado proceso.

Puedes ver la infografía completa en una única imagen aquí, aunque nosotros la hemos recortado en dos partes para hacerla más fácil de digerir. Sony ha dividido el proceso de una actualización en dos partes, siendo la primera en la que básicamente se hace todo el trabajo y la segunda en la que se obtienen las certificaciones necesarias antes de extender la OTA entre los usuarios.

Parte 1: el grueso del trabajo

  1. Lo primero de todo es el Platform Development Kit o PDK. Este trabajo recae enteramente en Google, encargado de crear la nueva versión de Android y proporcionar el código fuente para que el resto puedan empezar a trabajar en la actualización de Android.

  2. De ahí la pelota pasa directamente al fabricante, en este caso Sony, que debe construir la base sobre la que se harán el resto de modificaciones. Por ahora se trata de una versión de Android muy parecida a Android stock, sin añadidos.

  3. Después es el turno del HAL o Hardware Abstraction Layer, algo así como los drivers para los distintos componentes integrados en el móvil. Sony no usa exactamente los mismos componentes que Qualcomm, de modo que se deben encargar de ello.

  4. Es la hora entonces de añadir la funcionalidad básica: es decir, la conectividad a Internet, la función de llamada y mensajería, antes de entrar en otras tareas más complejas como la capa de personalización o comprobar que las aplicaciones propias funcionan sin problemas.

  5. Ahora sí, ha llegado el momento de empezar el trabajo en la capa de personalización propia, con los estilos propios, funciones añadidas y aplicaciones que suelen acompañarlas. Algunos ejemplos son la aplicación de la cámara o la pantalla de inicio.

  6. Se empieza entonces a testear de forma interna entre empleados de la compañía. Estas primeras versiones no están listas para el gran público pues tienen problemas de estabilidad o les faltan funciones.

  7. De forma paralela, se empieza a testear de forma externa con algunos usuarios, recogiendo feedback sobre la experiencia, especialmente en términos de estabilidad y potencia. Cuando este test se considera satisfactorio, se considera que la actualización es lista y se pasa a la segunda parte del proceso.

Parte 2: Certificación y tests

¿Creías que ya estaba todo hecho? Pues no. Antes de que la actualización llegue a tu móvil, ésta debe pasar por la burocracia oportuna para asegurar que todo está en orden con los estándares y leyes aplicables.

  1. Las actualizaciones deben recibir la certificación en términos como el uso de Bluetooth o Wi-Fi, y así es como muchas veces nos enteramos de que cierto dispositivo está a punto de recibir la actualización.
  2. Algunos operadores requieren modificaciones adicionales para que el móvil funcione en sus redes o sean compatibles con algunos servicios añadidos. El fabricante es el encargado de hacer estas modificaciones, y si todo es correcto recibirá la certificación del operador.
  3. Llegados a este punto, todo se ha completado con éxito de modo que lo único que falta es lanzar la actualización. Lo cierto es que en la mayoría de los casos el lanzamiento es progresivo para detectar errores antes de que afecten a muchos usuarios.
  4. Sony añade como paso extra la recogida de feedback después de que se haya anzado una actualización, aunque técnicamente hablando esto llega después y por tanto nosotros no lo incluiríamos en el proceso.

¿Dónde queda Treble en todo esto?

Lo que Sony ha explicado con casitas y montañas, Google lleva tiempo explicándolo con robots y un lenguaje más técnico. La esencia es la misma: cuando Google tiene su versión de Android lista, es el momento de asegurar la compatibilidad del hardware con la nueva versión y después empieza el trabajo del fabricante de actualizar su capa de personalización.

Con el Proyecto Treble, los pasos son más o menos los mismos, pero la diferencia es que la implementación de hardware (el paso tres de la infografía de Sony) no es necesaria pues se aprovecha la de la versión anterior. Por lo demás, el fabricante necesita seguir adaptando su capa y apps propias a los posibles cambios introducidos en la nueva versión de Android, así como de obtener las certificaciones.

En resumen, las actualizaciones de Android tardan tanto en llegar a tu móvil porque hay un montón de procesos a llevar a cabo antes de que recibas la OTA. Si bien muchos de los procesos ocurrirán en paralelo y no de forma linear como indica de forma simplificada la infografía, siguen siendo un montón de partes móviles en las que solo ahora, cuando Treble empieza a extenderse, vemos cierto atisbo de que se reduzcan en parte, en el futuro.

Más información | Sony
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