Alerta, lector de Xataka Android: estás leyendo a un Apple Fanboy. O, mejor dicho, a un ex Apple Fanboy. Realmente nunca me lo he considerado y menos usando a diario un móvil Android, pero lo cierto es que de alguna manera había logrado crearme un ecosistema Apple que ahora se derrumba. No creo que hasta el punto de abandonar el iPhone del todo, sobre todo por cuestiones de trabajo, pero sí al menos para que pase a ser un dispositivo muy secundario.
Puede parecer un problema menor, pero que un usuario de iOS de el salto a Android no es fácil y menos cuando no es una cuestión de preferencia personal, sino que en términos de productividad también le es más sencillo permanecer con Apple. Sin embargo, cambiar la mentalidad unido a algunos avances hacen que, al menos en mi caso, ese salto no sólo sea menos vertiginoso, sino que ni siquiera sea dramático.
Cuando haces pop, ya no hay STOP (con la personalización)
Un elemento puramente personal y que ha resurgido en mi en los últimos años es la pasión por personalizar la interfaz al completo. En iOS nunca ha sido el punto fuerte y a pesar de que llevamos varias versiones viendo un salto importante con widgets o personalización de la pantalla de bloqueo, sigue sin estar a la altura de los launchers.
En los últimos meses he redescubierto los mejores launchers para Android que antaño me tenían horas enganchado personalizando la interfaz para, prácticamente cada semana, estrenar nueva interfaz. No he regresado con el mismo ímpetu, pero sí lo suficiente como para dedicarle unos minutos cada mes a elegir y personalizar un launcher.
Esa sensación de sentir que estreno móvil cada vez es inigualable. En iOS encuentro un sistema muy ligero, con una interfaz minimalista e intuitiva que francamente me encanta. Sin embargo, que durante años no haya variado apenas y siempre lo haya hecho a cuenta gotas me ha llegado a aburrir profundamente.
La comunicación con los Mac nunca será igual, pero ha mejorado mucho
Siempre digo aquello de que me fascina Android y podría estar toda la vida usando este sistema en el móvil sin mayor problema. Sin embargo, muchos años de uso de Windows y ya unos cuantos en macOS me hacen ver que prefiero un Mac antes que otra cosa. Partiendo por tanto de la base de que priorizaré siempre un Mac, la comunicación de mi ordenador con el móvil es fundamental para mi trabajo en el día a día.
Soy consciente de que, probablemente por restricciones de la propia Apple, nunca lograré que mi Mac se comunique tan bien con un Android que con un iPhone. Sin embargo, hay un punto fundamental que antes era una carencia y ahora no: AirDrop. Este sigue siendo el sistema de comunicación de Apple para sus dispositivos, pero gracias a Nearby Share he logrado tener algo parecido.
No es exactamente con Nearby, sino más bien con la app NearDrop, la cual permite que el Mac se pueda comunicar por la misma vía que Nearby en Android. Aunque al final la app que use es lo de menos, dado que hay otras apps que lo permiten. El caso es que pasar archivos de mi Android al Mac nunca fue tan sencillo. Y siendo esta una de las acciones que más realizo en mi día a día, créeme que no es poca cosa.
Salir del ecosistema de apps aporta muchas ventajas
Otro punto del ecosistema Apple que me ha atado durante años es el uso de aplicaciones nativas como ‘Notas’ o ‘Calendario’. Son las más cómodas por estar ya instaladas, se sincronizan perfectamente con mi Mac, me parecen sencillas y con buena interfaz. Y para qué engañarnos, cumplen su función.
Que durante años mi uso de Android fuera más secundario hizo que, cuando dejó de serlo, recurriese a crearme accesos directos a la web de iCloud mediante la cual Apple permite el uso de esas apps. Sin embargo, vía web no es lo más cómodo y con el tiempo he ido adoptando otras apps multiplataforma aún más completas que las de Apple y que me hacen un mejor servicio, igualando así la experiencia de uso en ambos sistemas.
También en esto he ganado respecto a una particularidad de mi trabajo: los análisis de dispositivos, que en mi caso son siempre teléfonos Android. Al tener ya un móvil Android principal con todas las apps y ajustes, pasar los datos de uno a otro es mucho más sencillo y efectivo que desde el iPhone, por lo que incluso ahorro tiempo al configurar los móviles que pruebo.
Por las circunstancias de mi trabajo y ser un entusiasta de la telefonía móvil, ni puedo, ni quiero dejar de usar un iPhone. Sin embargo, esos miedos a los que hacía alusión al inicio parecen cada vez más lejanos y ya no temo en dejarme el iPhone olvidado en casa o directamente pasar una época larga sin usarlo.
Porque si hay una lección que en todos estos años he aprendido es que al final elegir entre Android y iOS es cada vez más una cuestión de detalles. Ninguno es mejor que otro desde hace unos años y la posibilidad de viajar entre un sistema y otro es cada vez más sencilla. Qué alegría.
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