El Departamento de Vehículos Motorizados de Texas ha dado un paso decisivo para transformar la forma en que los conductores manejan y registran sus vehículos en el estado. Un ambicioso plan obligará a los concesionarios a emitir placas metálicas directamente en el momento de la compra, eliminando así las tradicionales etiquetas temporales de papel. Esta medida no solo moderniza el sistema de registro vehicular, sino que también permitirá rastrear los automotores en caso de infracciones, reforzando la seguridad vial y reduciendo el fraude.
Texas va obligar a los concesionarios a emplacar los coches nuevos para evitar ciertos delitos
Las etiquetas temporales, esas conocidas pegatinas de papel colocadas en los parabrisas de los vehículos recién adquiridos, han sido parte del paisaje vial de Texas durante años. Sin embargo, su uso ha traído consigo graves problemas de seguridad. Según cifras oficiales, al menos 1.8 millones de estas placas fueron fraudulentas el año pasado, lo que representa una tercera parte de los vehículos que circulan sin documentación legítima.
Las autoridades han señalado que estas etiquetas se han utilizado para ocultar actividades ilícitas, como el narcotráfico y el robo de autos, permitiendo que los delincuentes operen sin ser detectados. “Durante años, estas etiquetas han sido una laguna legal”, aseguran las autoridades, destacando que este cambio busca cerrar esa brecha y garantizar mayor transparencia en el sistema.
Texas: cómo funcionará el nuevo sistema de placas permanentes
Con la nueva normativa, los días de las etiquetas temporales de papel llegarán a su fin. Al comprar un vehículo, ya sea nuevo o usado en un concesionario, los conductores recibirán sus placas metálicas permanentes de inmediato. Esto agilizará el proceso y evitará la espera asociada a los permisos provisionales.
Sin embargo, quienes adquieran un auto usado a un particular deberán acudir al DMV local para registrar la propiedad y obtener las placas correspondientes. No hacerlo podría acarrear multas o responsabilidades legales, algo que ningún conductor querría enfrentar.
Este cambio no solo promete ser más eficiente, sino también más seguro. Las placas metálicas son mucho más difíciles de falsificar, lo que ayudará a combatir el fraude y protegerá tanto a los ciudadanos como a las autoridades frente a actividades sospechosas en las carreteras texanas.