ASUS Zenphone Selfie, toma de contacto

Hablar a estas alturas de los selfies como tendencia es hablar de un discurso de hace años. Están aquí para quedarse y los fabricantes de móviles llevan años explotando este fenómeno con propuestas orientadas a hacer dichas fotos. Lo hemos visto con HTC, Sony y ahora ASUS en el Computex, una feria asiática en una región donde los autorretratos tienen muchísimo tirón, lanza una variación de su único móvil para este 2015 con un claro foco en el selfie.

Bajo el poco original nombre de Zenphone Selfie nos encontramos un móvil de gama media sin ninguna discusión. Pocos cambios respecto al modelo original pero todos ellos bastante sustanciales. En Taipei hemos podido probarlo para traeros nuestras impresiones de un teléfono particular pero muy bien orientado al público que esperan conquistar.

A por el nicho de los selfies

ASUS e Intel, una sociedad muy unida hasta tal punto que en las presentaciones de los taiwaneses aparecen representantes del fabricante de chips. Una unión sólida pero donde a veces también se echan canitas al aire. Si el Zenphone 2 contaba con un Intel Atom, su versión Selfie apuesta por el Snapdragon 615. Procesador que hemos visto en varias ocasiones ya: ZTE Blade S6, Xiaomi Mi4i, Xperia M4 Aqua...

El rendimiento es excelente y el paso de uno a otro solo se notará en los datos del benchmark porque el teléfono en sí ofrece una experiencia de uso muy buena en la unidad que hemos probado. Rápido, fluido, nada que impresione pero que deja claro que no vamos a tener problemas con él. Tras haber probado el Zenphone 2 he de decir que las sensaciones son muy parecidas.

Físicamente se mantiene todo igual: algo grueso pero con una curva que ayuda a esconder el ancho del terminal y de paso hacerlo más cómodo. Botones de volumen en la parte trasera y el de encendido en la parte superior, nunca le cogeré el punto a tenerlo ahí. Buena construcción y esta vez con colores más planos y coloridos en búsqueda de un público más juvenil y femenino, los colores pastel no son ninguna casualidad.

Para la pantalla, un panel parecido (si no el mismo) que en el Zenphone 2. Buena calibración, un espacio de color bastante generoso y una ligera tendencia al rojo cuando vemos colores blancos. Mucha nitidez y tonos algo vibrantes. Sin embargo, el gran protagonista de este terminal es la cámara frontal, elemento que destaca a pesar del cristal protector. Se nota el salto de calidad y es que, al fin de cuentas, es una trasera puesta en el frontal con un mayor ángulo para abarcar más contenido en las imágenes.

La calidad en interiores con luz artificial es buena, poco ruido, rango dinámico amplio. ASUS no ha dado los detalles sobre el sensor que ha utilizado pero si queremos conseguir selfies sobre la media, desde luego que cumple su cometido. La trasera no luce tanto y el software de procesado no debía ser final porque con altas luces daba bastantes problemas. Tendremos que probarlo más a fondo en el análisis con la versión definitiva.

Con el software no encontramos novedades significativas, se mantiene una capa ZenUI efectiva pero que en algunos momentos resulta bastante recargada y con mucho software que no vamos a terminar utilizando. Una de las cosas buenas que ofrece el launcher es poder personalizar los iconos con la mayoría de packs que hay disponibles en Google Play.

Las primeras sensaciones con el Zenfone Selfie son un poco tibias. Sin duda es un buen teléfono de gama media pero tras haber probado el modelo que presentaron en CES a comienzos de años no impresiona. Una variación con pocos cambios de cara al usuario donde la cámara frontal es lo que más notaremos.

Probándolo me ha surgido una duda: ¿será la versión Selfie mejor que el modelo original? Componentes casi idénticos, procesador diferente que (puede) dar mejores resultados en el día a día y en los tests sintéticos y una dupla de cámaras con mejor calidad. Si el rendimiento, la batería y el precio no cambian, podría darse esta situación, a pesar de estar orientado a un público más concreto.