Ayer Huawei lanzó su segunda hornada de relojes inteligentes con el Huawei Watch 2. Los cambios frente a la primera versión son profundos y es, quizá, la última oportunidad para que los relojes tengan aceptación por el gran público.
El despegue de Android Wear todavía no ha llegado y está por ver si será un fracaso rotundo (de momento podríamos decir que sí). Huawei aquí pone toda la carne en el asador y si no funciona ya solo quedarían dos caminos: reducciones masivas de precio (lo que no funciona a 300 euros puede que sí lo haga a 50) o una vuelta de tuerca al dispositivo personal (que todavía suena a ciencia ficción).
Huawei Watch 2, especificaciones de lujo
Lo primero que podemos ver con el Huawei Watch 2 es que no han escatimado en especificaciones. Lo tiene todo. Estamos ante un reloj que es completamente independiente del teléfono: tiene GPS y conexión LTE, y además trae Andoid Wear 2 que permite que las aplicaciones sean indepedientes. No nos olvidamos del NFC y del pulsómetro integrado. No le falta de nada.
Por otro lado no escatiman en batería: los 420 mAh unidos al procesador Snapdragon Wear 2100 permiten que la autonomía sea de 2 ó 3 días, pero si solo usamos el reloj (prometen 3 semanas). Esto todavía tiene que mejorar pero empieza a ser algo mejor de lo que venimos viendo.
Por otro lado el diseño es atractivo. Mucho se habló del primer Huawei Watch, pero lo cierto es que donde están funcionando este tipo de dispositivos es en el ámbito deportivo. Y el nuevo diseño, avalado al igual que el Huawei Mate 9 por Porsche Design, es digno de un reloj que no tiene que ser exclusivamente tecnología.
A por el mercado del fitness
Huawei ha visto el recorrido que han hecho otros de centrarse en el mercado del fitness. Es donde los dispositivos wearable están funcionando, donde Fitbit, a pesar de sus grandes problemas, es capaz de superar al resto de jugadores y donde Apple está logrando encontrar algo de tracción.
Apostar por el deporte no es únicamente hacer un diseño menos clásico y más atractivo para la gente que hace deporte. Es lograr que el reloj funcione sin un móvil, es tener GPS integrado, es tener un pulsómetro decente y es tener un ecosistema de aplicaciones que funcione bien con el reloj.
Aquí Huawei ha puesto toda la carne en el asador, poco más pueden pedir los usuarios intensivos de este tipo de dispositivos: poder salir de casa sin el móvil, que registre el pulso y la ruta que hacemos, los pasos que damos, y que aún así podamos recibir llamadas y hacer uso de aplicaciones fitness.
Pero puede que no sea suficiente
El problema es que el mercado sigue respondiendo con frialdad a los dispositvos wearables. Incluso con unas buenas prestaciones ya parece claro que los relojes inteligentes no van a ser el dispositivo masivo que lo fueron los smartphones. Estamos ante un segmento más restringido y esto explica que las marcas hayan dejado de presentar diseños elegantes y se hayan centrado en los modelos deportivos.
El Huawei Watch 2 llega además junto con Android Wear 2, que promete una mejora frente a las versiones anteriores para hacerlo más inteligente y más funcional. Pero está por ver si ese era el problema de las bajas ventas. Para que algo sea un éxito de ventas no solo tiene que haber una oferta espectacular, tiene que haber demanda. Y a día de hoy parece que no la hay.
Eso sí, todos sabemos que la demanda depende del precio. Y el Huawei Watch 2 ha salido a un precio mínimo de 329 euros. Como he detallado, las especificaciones son muy buenas, y seguramente el reloj vale dicho precio. Pero es un precio que supera (con creces) el precio medio de la venta de smartphones Android y eso limita mucho su alcance. Nadie se compra un complemento más caro que el elemento principal, que sigue siendo el teléfono.
Quizá las cifras no cuadran. No se puede hacer un reloj que tenga algo de funcionalidad por 50 ó 100 euros. Y por eso puede que los relojes estén destinados a fracasar. De momento Huawei hace su intento por la vía de máximo de prestaciones y enfoque deportivo. Veremos si funciona.
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